¿Traen mala suerte las perlas?
Los matrimonios son tradiciones tan antiguas como las supersticiones que los rodean. Por esto no es sorpresa que muchos de los ritos y normas que cumplimos en este día tengan un origen y un porqué el cual olvidamos o simplemente no sabemos, ya sea por costumbre, por inercia o por miedo a cometer algún error que nos boicotee el “para toda la vida”.
Imagino que varios han escuchado el mito de que llevar perlas el día de tu matrimonio es de mala suerte. La creencia viene de la antigua Roma pues a pesar que eran un símbolo de alto estatus económico, la vinculaban con las lágrimas de un ángel y decían que esto llenaría de llanto y sufrimiento tu matrimonio. Sin embargo, los griegos que ya venían de vuelta, creían lo contrario. Decían que el mineral era básico en los matrimonios y lo vinculaban con amor, buenas vibras y una larga vida felizmente casados.
Otros dicen que la perla es el desecho de la ostra y es por esto que no hay que llevarla por mal augurio. Qué lindo desecho no?
Para los supersticiosos que deciden creerle a los Romanos, pueden evitar usar perlas el día de su matrimonio (después de enterarse si estás son reales o no, ya que las hay de plástico, de vidrio, de resina, etc. y en este caso no aplicaría la maldición). Sin embargo, si no eres creyente de nada anteriormente mencionado podrás seguir el ejemplo de personajes como la reina Isabel II o Carrie Bradshaw y llevar este mineral al altar. Yo me quedo con la creencia de los Griegos y propongo siempre llevar esta elegante piedra a todos lados, al más puro estilo Cocó Chanel. Finalmente lo que ayuda a que un matrimonio dure toda la vida es la buena comunicación y no la ausencia de perlas… no?
Les dejo algunas de mis espectaculares novias que han decidido lucir este glóbulo pequeño de nácar el día de su matrimonio.